jueves, 13 de agosto de 2020

EDUCACIÓN SIN DISTANCIA. Por Mario Giannoni*


Entre los muchos recuerdos que se van acumulando de la vida en pandemia  se destaca la enorme cantidad de errores que todos hemos cometido. Sin intención de referirme a ellos es la introducción para anticipar un error en el que probablemente muchos caigan –si es que no lo han hecho ya- en el campo de la educación.

El error o equivocación a la que me refiero es el de  pensar que en estos meses tuvimos una verdadera educación a distancia (virtual, en línea, no importa aquí la manera de denominarla) y, a partir de ello evaluar, juzgar, tomar decisiones, las que, inevitablemente, se corresponderán con esa mirada basada en el error.

Ni siquiera creo que es legítimo  encuestar a los alumnos y a las familias  preguntando si en el futuro inmediato les gustaría seguir en esta modalidad, volver totalmente a clases presenciales o alguna forma que tome una parte de ambas. Tomando una expresión del mundo judicial, sería nula de nulidad absoluta.

Lo que estamos viviendo es una educación en emergencia. Alumnos, docentes, familias,  gobiernos, la sociedad toda en emergencia. Hubo que improvisar. Con muchísimo esfuerzo casi todos están haciendo lo que pueden con lo que había  a mano, celulares, computadoras, tabletas, fotocopias, la señora de al lado o el vecino de acá a la vuelta. Cuando todo pase  se hará todo lo posible por evaluar hasta donde pudo llegar cada uno y dedicar todo el saber y el querer hacer a restaurar el daño.

La educación sin distancia, por sus posibilidades de llegar a todas partes y en las formas más diversas preferimos hablar de educación sin distancia. La verdadera, cualquiera sea el soporte que se elija, exige algunos requisitos previos. Como una escuela necesita bancos, sillas y computadoras.

Recordemos algunas características de la educación a (sin) distancia:

1.- Es una opción. Alumnos y docentes elijen la modalidad. No es una imposición.

2.- Requiere una planificación específica. Centrada en el alumno desde el punto de partida. No hay una tradición ni actores que cuestionen este concepto basal.

3.- Instituciones y alumnado cuentan con un equipamiento apropiado, compatible y complementario. Equipamiento que es cada día más accesible.

4.- Tienen un equipo de gestión académica, de gestión administrativa, cuerpo docentes y de tutores, profesional y especializado.

5.- Hay una gran diversidad de materiales para obtener información. Módulos impresos, campus virtuales, contenidos digitales, y todos los vínculos que ofrece la red, como también la posibilidad, en estudio colaborativo, de compartir foros y chats con otros estudiantes docentes y tutores.

Los alumnos avanzan a su propio ritmo y administran su tiempo según sus necesidades. Son protagonistas activos de su proyecto. Los docentes y tutores son motivadores, orientadores y consejeros.

Quien se inscribe en un instituto, que brinda buena educación a distancia, lo primero que va a recibir después de la bienvenida, es un instructivo para familiarizarse con el entorno tecnológico educativo. Cómo aprender mediado por la tecnología. Cómo ingresar, cómo aprovechar el campus y la biblioteca digital, cómo participar en los foros de debate. Tendrán opciones de autoevaluación, previas a las evaluaciones formales planificadas para cada materia y posibilidades de consultas cada vez que sea necesario.

Una de las claves del éxito en una propuesta de este tipo está en la capacidad de la institución de realizar un acompañamiento al alumno. Siempre habrá un tutor a disposición para solucionar los problemas o dificultades que surjan. El vínculo con el alumno también le permite a la institución relacionarse con la familia. Esta es muy importante en la tarea de contención,  apoyando en los momentos de desánimo, estimulando y felicitando en cada logro alcanzado. Hay una tendencia a desvalorizar la relación que se crea entre docentes/tutores y alumnos en esta modalidad. Seguramente parte del desconocimiento. Es sorprendente el vínculo de reconocimiento mutuo, agradecimiento y afecto que se genera a lo largo de los años de carrera, sabiendo que siempre hay alguien del otro lado de la línea.

Es importante señalar que el proceso de aprendizaje que se transita en esta modalidad desarrolla las capacidades y destrezas que son muy valorados en la sociedad hoy. Autonomía personal, iniciativa, responsabilidad individual, capacidad de resolver problemas, adaptabilidad a diferentes situaciones, son requisitos indispensables para avanzar y terminar las carreras.

A pesar de ello, insistimos en señalar como nuevo lo que  ya tiene una trayectoria respetable. Existen universidades, instituciones educativas que ofrecen bachilleratos, carreras terciarias y multiplicidad de cursos con más de dos décadas de experiencia en educar a distancia. Hay miles de egresados. Con la llegada de la tecnología digital el ritmo de expansión y crecimiento es exponencial y se multiplicó la posibilidad de alcanzar mejores resultados.

Es tanto y tan intenso el crecimiento de esta modalidad de aprender que sorprenden algunas posturas de resistencia en el país que siguen considerando la educación a distancia una oferta de segundo orden. Es posible que nuestra tradición escolo-céntrica  actúe como un bloqueo a otras posibilidades.

Alumnos y docentes volverán a las aulas recuperando ese vínculo anhelado. Enhorabuena. La experiencia y los aprendizajes de estos meses no serán olvidados y se incorporarán al proceso de enseñanza y aprendizaje para enriquecerlo, para mejorarlo. La tecnología tendrá una presencia mucho mayor y más importante que antes del confinamiento.  Pero tengamos presente que no hacemos educación a distancia, estamos haciendo educación en emergencia tomando algunos elementos de esa modalidad. Felicitaciones por el trabajo.

El desafío por delante es enorme, estimulante y motivador. Cada día es más necesario educar. La pandemia está produciendo una verdadera catástrofe. Utilicemos todos los recursos maravillosos que están disponibles. No repitamos la aventura de los que se opusieron a la imprenta. Fortalezcamos y actualicemos la escuela y demos cabida a  otras  alternativas para que la educación de las mayorías sea posible.

 

*Es consultor en temas educativos. Desarrolla actividades académicas en la Universidad Nacional de San Martín. Se desempeñó como ministro de educación de la Ciudad de Buenos Aires (1997-2000) y de la provincia de Río Negro (en dos oportunidades). Ocupó el cargo de Director de la Casa Argentina en la Ciudad Internacional Universitaria de París (2002-2006). Es Maestro Normal Nacional, Profesor en Historia y tiene un pos-grado en Política e Investigación Educativa. Fue docente y ocupó cargos directivos en instituciones de los niveles secundarios, terciario y universitario.

 

martes, 28 de abril de 2020

REFLEXIÓN SOBRE EDUCACIÓN



Por Dr. Patricio Colombo Murúa, ex Rector de la Universidad Católica de Salta y actual miembro de su Directorio.
LosColomboMainolis

En los días que corren, el sistema educativo pareciera estar colapsando: es la percepción de algunos. Muchos tienen miedo o desesperanza ante las propuestas virtuales.... muchos desconfían de la utilidad de proponer consignas de trabajo a través de aulas virtuales, correos electrónicos o hasta redes sociales. 
Pero mas allá de cualquier observación técnica o procedimental sobre las tareas virtuales, lo que se está evidenciando en esencia es la brutal diferencia que existe entre un trabajador de la educación y un maestro o docente. Diferencia que se encuentra en la palabra VOCACIÓN. Y esto es nada más y nada menos el llamado interior que lleva al enseñante a dar lo mejor de sí.
El profesor de Educación Física que se graba a sí mismo con orejas de conejo y les manda un mensaje positivo y consignas de trabajo a sus niños de primer grado es un ejemplo de EDUCADOR. Él piensa de manera creativa en cómo llegar a sus alumnitos. Y arranca sonrisas y entusiasmos en Simón, un de ellos. Es un ejemplo.
Sabe que todos vivimos un momento complejo y una incertidumbre que de alguna manera nos afecta a todos. 
Sabe también que sus alumnitos necesitan sentir el afecto de sus profes y se lo dan como pueden. Algunos tienen más llegada que otros y cada uno probará nuevas estrategias y herramientas educativas, pero con más o menos acierto hay que intentar transmitir ese sentimiento de empatía.
El encuentro educativo es siempre entre dos personas.
El docente que debe transmitir el saber y también el ejemplo y el alumno, cuya tarea es aprender y comprender.
Esta relación se puede hacer por los medios electrónicos, sin lugar a dudas y no es necesario estar en el mismo espacio físico para que el hecho educativo pueda ser real.
Aún a través de Internet y de otros medios se puede trasmitir el afecto, SE PUEDE motivar a los alumnos, se puede enseñar, sugerir,suscitar temas de interés, sembrar inquietudes. En definitiva: cumplir con los objetivos formativos de la educación.
El AMOR que despliega el dicente y docente sobre sus alumnos, responde al antiguo concepto de la relación de ágape: de donación de uno, de sobreabundancia en el dar. El alumno, por otra parte, acude a su maestro con una actitud de carencia
Espera que el docente le comunique el saber, el afecto, los secretos del hacer, los métodos para develar la realidad y sobre todo acceder al modelo vivo que debe ser el docente. 


martes, 14 de abril de 2020

EDUCACIÓN A DISTANCIA, UNA OPORTUNIDAD, UN DESAFÍO

Por Eduardo Fulceri, presidente de Telemática y Educación
Corren tiempos difíciles, la pandemia nos obliga a detenernos en forma abrupta, cambiando nuestro ritmo normal. En este contexto la educación no escapa a la realidad y debe mutar a un modo distinto del tradicional.

Ante este escenario la educación a distancia pasa a ser la única opción viable. Mucha gente descubre la posibilidad de algo hasta ahora desconocido. Otra, que mostraba desconfianza ante el modo virtual, no  tiene más alternativa que utilizarlo. 
Esta realidad le permite a la educación a distancia una oportunidad de ser una opción masiva. 

Todavía la EaD es considerada para una mayoría como una oferta de segundo orden, en general no es una primera opción, debido a desconocimiento, mala fama, algunas  propuestas existentes verdaderamente mediocres, y a la tradicional resistencia del sistema educativo en general. 

Hoy se presenta una gran oportunidad que podemos aprovechar. En estos días vemos escuelas, institutos, universidades que suben a sus plataformas con urgencia clases, materiales y todo lo posible para tener a los alumnos conectados y que puedan seguir sus estudios. Es muy loable el esfuerzo de las instituciones para dar a sus alumnos una posibilidad de no perder sus estudios. 

Pero atención que esto no es la educación a distancia que hoy con las posibilidades de la tecnología se puede ofrecer. Por eso la oportunidad se convierte en desafío cuando planteamos que tenemos que desarrollar una educación a distancia de calidad. Para esto es necesario planificar, diseñar y realizar un modelo superador al presencial,  utilizando las TIC como herramientas, y a los docentes como los gestores del cambio. 

Cada materia deberá  planificarse, desarrollar un guion  para la utilización de todas las herramientas disponibles (módulos, video clases temáticas, bibliografía digitalizada, juegos didácticos, autoevaluación, foros de debates, chats de consultas, etc.) en forma coordinada. Docentes y tutores muy calificados, acompañan en forma permanente a los grupos de alumnos a lo largo de cada materia. Y un equipo de gestión académica  y administrativa  altamente capacitado.  Por último un sistema de evaluación que garantice la transparencia y pertinencia de las evaluaciones.

A nivel universitario hay varias universidades públicas y privadas que tienen un modelo de educación a distancia en marcha. La Universidad Católica de Salta es la pionera en este tema, desde 1995.  En el ámbito público están Untref virtual, Universidad Nacional de Quilmes, UBA, entre otras. En la ámbito privado se destacan Palermo, Belgrano, UCES, Siglo 21,  entre otras. 

En cualquier circunstancia se espera que el Estado, en todos sus niveles, promueva y acompañe los nuevos procesos de enseñanza y de aprendizaje. Que genere una normativa moderna, ágil y en continua actualización, para no verse siempre superada por los avances tecnológicos. Los habituales procesos burocráticos, de la era del papel,  ahogan a los proyectos más innovadores.

En síntesis, la oportunidad está a la vista depende de la capacidad de las instituciones para enfrentar el desafío de un Educación a Distancia de calidad masiva.