martes, 28 de abril de 2020

REFLEXIÓN SOBRE EDUCACIÓN



Por Dr. Patricio Colombo Murúa, ex Rector de la Universidad Católica de Salta y actual miembro de su Directorio.
LosColomboMainolis

En los días que corren, el sistema educativo pareciera estar colapsando: es la percepción de algunos. Muchos tienen miedo o desesperanza ante las propuestas virtuales.... muchos desconfían de la utilidad de proponer consignas de trabajo a través de aulas virtuales, correos electrónicos o hasta redes sociales. 
Pero mas allá de cualquier observación técnica o procedimental sobre las tareas virtuales, lo que se está evidenciando en esencia es la brutal diferencia que existe entre un trabajador de la educación y un maestro o docente. Diferencia que se encuentra en la palabra VOCACIÓN. Y esto es nada más y nada menos el llamado interior que lleva al enseñante a dar lo mejor de sí.
El profesor de Educación Física que se graba a sí mismo con orejas de conejo y les manda un mensaje positivo y consignas de trabajo a sus niños de primer grado es un ejemplo de EDUCADOR. Él piensa de manera creativa en cómo llegar a sus alumnitos. Y arranca sonrisas y entusiasmos en Simón, un de ellos. Es un ejemplo.
Sabe que todos vivimos un momento complejo y una incertidumbre que de alguna manera nos afecta a todos. 
Sabe también que sus alumnitos necesitan sentir el afecto de sus profes y se lo dan como pueden. Algunos tienen más llegada que otros y cada uno probará nuevas estrategias y herramientas educativas, pero con más o menos acierto hay que intentar transmitir ese sentimiento de empatía.
El encuentro educativo es siempre entre dos personas.
El docente que debe transmitir el saber y también el ejemplo y el alumno, cuya tarea es aprender y comprender.
Esta relación se puede hacer por los medios electrónicos, sin lugar a dudas y no es necesario estar en el mismo espacio físico para que el hecho educativo pueda ser real.
Aún a través de Internet y de otros medios se puede trasmitir el afecto, SE PUEDE motivar a los alumnos, se puede enseñar, sugerir,suscitar temas de interés, sembrar inquietudes. En definitiva: cumplir con los objetivos formativos de la educación.
El AMOR que despliega el dicente y docente sobre sus alumnos, responde al antiguo concepto de la relación de ágape: de donación de uno, de sobreabundancia en el dar. El alumno, por otra parte, acude a su maestro con una actitud de carencia
Espera que el docente le comunique el saber, el afecto, los secretos del hacer, los métodos para develar la realidad y sobre todo acceder al modelo vivo que debe ser el docente. 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario